Tanto vivir esperando que pase algo, el éxito, el amor, el tiempo, el milagro.
Y en esa espera olvidamos que la vida pasa y que no vuelve.
«Memento mori», escuché ayer. «Recuerda que vas a morir. Vive el día como si fuera el último. Disfruta y agradece cada segundo que respiras».
Me pregunté por qué costaba tanto vivir en esa sintonía, sin contaminarse con las rutinas, las fantasías, las demandas ajenas y las exigencias internas que nos encierran en un viaje sin freno por el pasado, el futuro, pero nunca hacia el momento presente, hacia la presencia del Yo, aquí y ahora.
Más tarde supe que un conocido se había ido a otro plano. Esa persona que menos esperás que se irá, porque joven, porque alegre, porque buena persona, porque rodeado de luz, de amor y de hermanos del alma.
Podría haber sido mi amigo, mi pareja, yo misma.
La realidad es que puede ser cualquiera, en cualquier momento.
Y una sigue esperando. No sé qué. Pero esas noticias despiertan, desentumecen, dan perspectiva y norte.
Por eso esta canción hoy es mi himno.
No uno triste, no uno resignado, más bien como un memento mori absoluto en el que declaro que ya no te espero, porque ya no espero ni siquiera el final de los finales, y acá estoy, dispuesta a sentir en el cuerpo y en el corazón cada segundo de mi valiosa y única existencia, conmigo y mi alma.
Y espero saber honrarla.
✨
Dejo las palabras de Silvio:
Ya no te espero, ya eché abajo ayer mis puertas
Las ventanas bien despiertas al viento y al aguacero
A la selva, al sol, al fuego
Llegarás a casa abierta
Ya no te espero, ya es el tiempo que fascina
Ya es bendición que camina a manos del desespero
Ya es bestia de los potreros
Saltando a quien la domina
Ya no te espero, ya estoy regresando solo
De los tiempos venideros, ya he besado cada plomo
Con que mato y con que muero
Ya se cuándo, quién y cómo
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🤍 QEPD, Ariel 🤍